NUESTRA ALIANZA
Por: Lisimaco Velasco
En los últimos años, los trabajadores, indígenas, campesinos y pobladores, hemos sido
clientes frecuentes de los parques y calles, en toda la república del Ecuador, hemos sido
también personas muy importantes (VIP) en las cárceles de nuestro país, en innumerables
concentraciones, marchas, protestas, y todo tipo de manifestaciones en contra de un gobierno
que se disfrazó de izquierda para cautivar incautos, de la misma manera que antes lo hizo el
gobierno de “sociedad patriótica”, ahora el de la “revolución ciudadana”, lindos nombres para
ocultar intenciones perversas. Nosotros renovaremos nuestras credenciales de clientes
frecuentes de las calles porque sabemos que esto no termina en el 2017, sino cuando
terminemos con el sistema capitalista.
En algunas de nuestras acciones de lucha, se sumaron sin contar con invitación, sectores de la
derecha que supuestamente respaldaban a los trabajadores, por lo que el gobierno y sus cajas
de resonancia, los comensales de Carondelet, no perdieron oportunidad para atacar a las
organizaciones de trabajadores, a las Centrales Sindicales, al Frente Unitario de Trabajadores,
y al Colectivo Unitario de Trabajadores, Indígenas y Organizaciones Sociales, de que le
hacíamos el juego a la derecha. Y siempre mantuvimos desde el FUT y particularmente desde
la Confederación de Trabajadores del Ecuador, CTE, la negación a esa calumnia y siempre
dijimos que no estamos ni con la derecha que se encuentra en el gobierno, ni con la derecha
que pretende acceder a él.
El tiempo ha demostrado nuestra coherencia ideológica, y ha demostrado la veracidad de
nuestra consigna de que estamos en el camino correcto junto a los trabajadores, como siempre
lo fue y tendrá que seguir siendo. Estamos contra la derecha y la corrupción, esté donde esté.
Ante la competencia entre las fracciones de la derecha gubernamental y la derecha que aspira
a ser gobierno, los trabajadores y campesinos no podían constituirse en carne de cañón de
ninguna derecha, ni recoger las migajas de la mesa de Carondelet, como lo hacen otros,
solamente quedaba como opción, el comenzar a constituir una fuerza popular, que nació desde
el Frente Unitario de Trabajadores, desde su plataforma de lucha, y que posteriormente
convocó a organizaciones políticas que pudieran interesarse en las aspiraciones y los intereses
de los trabajadores, campesinos y pobladores, después de una década de desprecio por parte
del gobierno, de una década de medidas y leyes antiobreras, de una ley de tierras en contra de
los campesinos y a favor de los terratenientes, y por eso ellos, los explotadores la llaman la
década ganada, ganada por ellos con los bolsillos llenos, en tanto que para los explotados se
ha constituido en la década perdida. Esa expresión política nacida de los trabajadores del
FUT, de la CONAIE, de una diversidad de organizaciones sociales y populares, se denominó
Acuerdo Nacional por el Cambio, y no es la expresión de la izquierda revolucionaria
exclusivamente, sino la convocatoria desde la izquierda al centro, para optar por una
participación que aglutine la simpatía y el aporte electoral de otros sectores, y por eso, la
propuesta no es el programa del Partido Comunista, sino un programa socialdemócrata que
permita la recuperación de los derechos cercenados por una mentirosa revolución ciudadana.
Estamos haciendo lo que nuestras fuerzas nos permiten por ahora y por ello el gobierno
pretende terminar con nuestra fuerza destruyendo la CTE.
Hoy, la fuerza de las diferentes corrientes ha retornado a su cauce, cada uno corre en su
andarivel, una parte de la derecha en sus diferentes manifestaciones con el banquero, otra parte con los socialcristianos, otros sectores de la derecha, con la revolución ciudadana,
incluidos representantes de la vieja partidocracia y de una pequeño burguesía oportunista, con
hambres atrasadas que en muchos casos ha recurrido a la corrupción, desde las funciones del
gobierno y amparándose en los organismos del Estado, y por otra parte, en otro grupo se
encuentran sectores socialdemócratas y sectores y organizaciones de izquierda, que además de
participar en el Acuerdo Nacional con pretensiones de llagar al Ejecutivo, participamos
también con pretensiones de llegar al Legislativo, mediante alianzas para conformar listas
entre las diversas fuerzas integrantes del Acuerdo Nacional por el Cambio.
Como consecuencia de esas luchas callejeras, en todos los rincones de nuestra patria, como
consecuencia de la necesidad de la unidad entre obreros, campesinos, indígenas, pobladores, y
otros sectores explotados y discriminados por el sistema capitalista a través del gobierno, el
Presidente de la Confederación de Trabajadores del Ecuador, CTE, en unidad con la
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, integra la lista para llevar
la voz de trabajadores e indígenas a la Asamblea Nacional, respondiendo a los pedidos y
resoluciones de los diferentes organismos de base y de dirección de la CTE, de que Edgar
Sarango participe en calidad de candidato, en el proceso electoral para integrar el Legislativo,
porque desde el lado del gobierno de la revolución ciudadana, de sus representantes y
comensales solo se espera lo que ya lo han hecho, represión y legislación antiobrera y
antipopular. De los 100 supuestos revolucionarios, asambleístas del gobierno no ha existido
uno capaz de defender a los trabajadores, solo han demostrado su incapacidad y sometimiento
a los intereses de la burguesía y de las transnacionales.
Esta participación de la CTE con la CONAIE, la hacemos amparados no en la resolución del
último CC del PCE, sino en los cientos de resoluciones de todos los CC anteriores desde 1926
hasta el 2016, amparados en los principios político ideológicos de los Partidos Comunistas, en
los propios Estatutos de la Confederación de Trabajadores del Ecuador, en el reconocimiento
de la necesaria unidad de obreros y campesinos, y en la exigencia expresa de los trabajadores.
LOS TRABAJADORES, INDIGENAS Y CAMPESINOS
DESDE LAS CALLES A LA ASAMBLEA CON EDGAR SARANGO.
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