INJUSTICIA Y PREPOTENCIA vs SOLIDARIDAD




Por Lisímaco Velasco  -Asesor CTE.



La detención de los 21 del arbolito, como la ciudadanía los ha denominado, a los luchadores sociales que el jueves 3 de diciembre del 2015, manifestaban su rechazo a la aprobación de cambios en la Constitución para violentar algunos de los derechos de los trabajadores, que no son inherentes solo al Ecuador, sino que son patrimonio de los trabajadores del mundo y producto de las luchas que vienen desde los Mártires de Chicago en 1886, y que recogen principios básicos como la libre asociación, la formación de sindicatos, el derecho a la huelga y a la contratación colectiva.

Entre el momento de la detención y la audiencia de flagrancia, fueron maltratados y golpeados, en la audiencia de flagrancia se presentaron como testigos a varios policías, y ninguno de los detenidos pudo ser identificado como un agresor o contraventor, no existía por tanto ninguna causa en contra de aquellos 21, el defensor del pueblo que debe defender a los ciudadanos de los abusos del Poder, hizo exactamente lo contrario, se constituyó en el fiscal, en el acusador de los ciudadanos, en el verdugo de sus representados.

Se realizó una Audiencia de Habeas Corpus, recurso que antes lo concedía el alcalde, ahora en la Corte Provincial de Justicia, donde los jueces se retiraron a “deliberar” por más de dos horas, evidenciado que el jueves 10 de diciembre a 8 días de la detención, aún no se emitía la sentencia, la cual llegó a las 14h00, incluso en ese momento a los celulares de los abogados defensores. El equipo de abogados argumentó hasta la saciedad las irregularidades, las inconstitucionalidades e ilegalidades cometidas, pero la sentencia ya estaba ordenada desde las alturas del Poder y no se aceptó la solicitud de Habeas Corpus. En esta audiencia de Habeas Corpus, el día de los derechos humanos, ni siquiera se permitió que Edgar Sarango pudiera recibir una llamada en el celular de uno de los abogados.

El 11 de diciembre se realizó una audiencia de nulidad de la sentencia, con todos los argumentos legales y la presentación de los documentos exigidos, pero nuevamente, el juez reviso los documentos, acogió los argumentos, todo era correcto, todo estaba bien, el mismo lo dijo, pero sacó la carta de la manga y dijo que en mayo del 2015 en un caso en la ciudad e Ibarra, la Corte Provincial, hizo una consulta a la Corte Nacional y que esta se pronunció negando, por lo que este juez volvió a negar el recurso presentado. Para esto trasladaron al c. Edgar Sarango desde las 6 de la mañana desde la cárcel del Inca a la audiencia de flagrancia, en tanto que al resto de detenidos los trasladaron cerca del medio día sin ofrecerle ni permitir suministro de alimentación.

El día de hoy 12 de diciembre en la sabatina, el Presidente habló de la “democrática” aprobación de las “enmiendas” pero no dijo una palabra de los 21 presos políticos, detenidos injusta, anticonstitucional e ilegalmente, sin ninguna evidencia, testimonio o prueba de culpabilidad, se olvidó, debe ser obra del alzhaimer político.

Este supuesto proceso de justicia, en base al nuevo Código Orgánico Penal, evidenció una vez más que es una herramienta de persecución, mediante la cual la protesta social puede ser identificada hasta como terrorismo con condenas que pueden superar los 10 años de cárcel. Dijimos a su debido tiempo que este nuevo código era un instrumento para perseguir a los trabajadores, a los revolucionarios y a los comunistas, no estábamos equivocados, ya lo han aplicado incluso a otros antes que a nosotros.

En cada paso que se ha dado por liberar a Edgar y a los otros 20 detenidos, entre ellos compañeros de la CONAIE e incluso 3 personas que está comprobado que no tenían nada que ver con la manifestación de protesta, sólo se pudo comprobar la práctica de la prepotencia del Poder que se enfrentaba a la solidaridad de quienes participamos de la defensa de los derechos de los trabajadores, de los campesinos y del pueblo. Se ha evidenciado como los jueces no se diferencian de los 100 asambleístas en el papel de inclinar la cabeza y doblar la espalda.

Se han enfrentado la solidaridad de los trabajadores y el pueblo frente a la prepotencia del poder y los instrumentos jurídicos y represivos de la burguesía. La solidaridad ha estado acompañada tanto de su componente nacional de organizaciones y sindicatos ecuatorianos, como de su componente internacional, destacándose la carta enviada a Rafael Correa por la Federación Sindical Mundial que representa a más de 92 millones de trabajadores en el mundo, pidiendo libertad para Edgar Sarango; desde España la presencia de la Unión Internacional de Sindicatos de Pensionistas y Jubilados, destacamos en lo internacional también al frente sindical de Grecia PAME donde participan los sindicatos más activos que siguen la lucha de clases y la lucha para detener la explotación del hombre por el hombre, donde una delegación participó en una protesta frente al Consulado del Ecuador en Atenas, con carteles que decían “solidaridad con Sarango”. Esa es parte de la solidaridad internacional, del internacionalismo proletario, del cual somos parte y al cual agradecemos.

Cuando un trabajador, un camarada, un dirigente laboral, cae defendiendo los derechos de los trabajadores, lo menos que podemos hacer es desplegar la más amplia solidaridad de clase, pues cuando quien se dice revolucionario ha perdido el sentido, el valor, el principio de brindar solidaridad a los suyos, todo lo que queda de ese supuesto revolucionario no es más que miseria y despojo humano.

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